Tarjetas solidarias, una forma de dignificar la ayuda a la alimentación

Durante esta Navidad Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante ha puesto en marcha una experiencia piloto de tarjetas solidarias de cara a apoyar a las familias que acompaña en su derecho a la alimentación. Durante esta experiencia se ha apoyado a 1.000 familias en la Diócesis a través de unas tarjetas bancarias para que las familias pueden comprar donde siempre lo han hecho, manteniendo el comercio de proximidad y elegir aquello que comes según los gustos personales, culturales, de salud, edad, etc.

A través de las tarjetas solidarias se trabaja en la consecución de los objetivos propuestos y se abren vías de trabajo para que las personas en situaciones de pobreza y/o exclusión encuentren el camino para dejar de estar en esa situación. Acompañar a la familia en el uso de la tarjeta contribuye también la ruptura de la transmisión intergeneracional de la pobreza, ya que dicho acompañamiento afecta a todas las dimensiones de la vida de la familia. También les orienta a mantener la responsabilidad y el hábito de administrar el presupuesto familiar, cocinar y comer en familia, como espacio educativo, relacional y fomentar la autonomía de las personas y que salgan del círculo de la dependencia.

Objetivos de la iniciativa

La iniciativa de tarjetas solidarias tiene como objetivos:

• Garantizar el derecho a la alimentación desde la autonomía, la dignidad y la libertad.
• Contribuir a los procesos de promoción de las personas, de las familias.
• Favorecer los procesos de inclusión y cohesión social.
• Descartar el transporte y gastos de almacenamiento suponen reducir huella CO2 y costes asociados.
• Eliminar el desperdicio pues las personas adquieren lo que necesitan.

Otra forma de ayudar

Con el modelo tradicional de reparto de alimentos, muchas de las dificultades se minimizarían si, en vez de recoger, transportar, almacenar, organizar y distribuir los productos donados, tenemos la oportunidad de ofrecer una ayuda económica para que sean las familias quienes organicen su planificación y presupuesto familiar, favoreciendo así, procesos de autonomía e inclusión desde actos cotidianos y sencillos como es hacer la compra y cocinar.

La ayuda económica permite a las familias realizar una compra saludable, con productos frescos de calidad como verduras, frutas, pescados y proteínas de origen animal o los adaptados para menús vegetarianos. Todo ello, pensado en unas dietas más equilibradas que aporten salud y vitalidad, y eleven los indicadores nutricionales de la población. Si hubiera personas que necesitan un apoyo, para ello están los procesos de acompañamiento y los talleres formativos que tenemos organizados.

Por ello, Cáritas solicita a las personas y empresas priorizar sus donaciones económicas frente a las ayudas en especie, y de esta forma respetar las condiciones previas para que se cumpla el enfoque de derecho a la alimentación:

• Disponibilidad: Asegurar la existencia de cantidades suficientes de alimentos a nivel local o nacional provenientes directamente de la producción para autoabastecimiento o a través de un sistema eficaz de distribución y comercialización.
• Accesibilidad: Ayudar a que las personas puedan tener medios económicos para acceder al alimento, sin comprometer otras necesidades básicas y derechos.
• Estabilidad: Garantiza la disponibilidad y el acceso a los alimentos de manera periódica a lo largo del tiempo en cada lugar, sin que se vean afectadas por aspectos estacionales (ambientales y/o político-económicos).
• Adecuación: Favorecen una alimentación suficiente y nutritiva para satisfacer las necesidades alimentarias de las personas, culturalmente aceptada y sin sustancias nocivas. También satisface las necesidades de cada colectivo según su edad, sexo, condición física, etc.
• Sostenibilidad: Contribuye a la gestión adecuada de los recursos naturales para asegurar el equilibrio medioambiental, garantizando así la disponibilidad de alimentos inocuos y de calidad para las generaciones futuras.