Con la llegada del nuevo curso escolar, Cáritas intensifica su apoyo a familias con menores
El 30% de las personas a las que llega la ayuda de la institución de la Iglesia son menores de edad
Con el comienzo del curso escolar Cáritas intensifica su ayuda a la infancia a través del apoyo a las familias. A través de los 137 equipos de las Cáritas parroquiales, presentes en todos los pueblos y barrios de la Diócesis de Orihuela-Alicante, se atiende y apoya a las familias que no pueden afrontar los gastos del día a día para poder vivir de una manera digna, especialmente ante el comienzo de curso y la llegada de los gastos derivados de la escolarización.
El comienzo de curso está marcado por la constante subida del IPC durante los últimos años y la subida del incremento del precio de la vivienda. Estos factores, unidos a la precariedad laboral y bajos salarios de las personas que atiende Cáritas, hacen que las familias no puedan asumir gastos como los escolares o los relacionados con la salud.
Para paliar la situación de esas familias, Cáritas está ayudando a sufragar gastos de material escolar y libros, comedor escolar y alimentación infantil y uniformidad escolar y ropa en aquellos casos a los que no llega la ayuda de la administración pública.
La ayuda directa a la infancia se complementa con otras acciones dirigidas a reducir la brecha de exclusión educativa, como pueden ser programas de refuerzo escolar y acompañamiento educativo que se desarrollan en diferentes poblaciones de la Diócesis.
Respuesta a las necesidades de la infancia y sus familias
En 2023, Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante llevó a cabo un trabajo significativo en el área de infancia y familia, atendiendo a miles de personas en situación de vulnerabilidad. De las 38.477 personas que se beneficiaron de su acción, el 30% (11.033) fueron menores de edad. Este es un dato preocupante, ya que los niños y niñas que crecen en familias en situación de exclusión tienen una alta probabilidad de continuar en esa situación en su vida adulta, perpetuando el ciclo de la pobreza.
Para hacer frente a esta realidad, Cáritas puso en marcha una serie de programas centrados en la mejora de las condiciones de vida de las familias más desfavorecidas, particularmente aquellas afectadas por la crisis de la vivienda. Más de la mitad de las personas atendidas no contaban con un hogar adecuado, lo que llevó a Cáritas a desarrollar iniciativas de apoyo como el Plan de Ayuda para sufragar gastos relacionados con la vivienda y suministros. Además, se llevaron a cabo estudios para identificar la vulneración del derecho al empadronamiento y al acceso a viviendas dignas.
Cáritas también puso en marcha servicios de formación y orientación laboral, reconociendo que una parte importante de las familias en exclusión está compuesta por inmigrantes en situación irregular, quienes se enfrentan a grandes dificultades para acceder a servicios públicos y al mercado laboral. Estos esfuerzos, junto con la atención integral a las familias, atestiguan el compromiso de Cáritas con la protección de la infancia y la lucha contra la pobreza estructural que afecta a tantas familias en la Diócesis de Orihuela-Alicante.
Trasmisión intergeneracional de la pobreza
La transmisión intergeneracional de la pobreza es un fenómeno en el cual las condiciones de pobreza de una generación afectan directamente a la siguiente. Según datos de Cáritas, las personas que crecieron en hogares con dificultades económicas durante su infancia tienen hasta 2,2 veces más riesgo de vivir en situación de pobreza en la edad adulta. Esta correlación es particularmente fuerte entre aquellos cuyas familias no lograron superar las barreras de acceso a una educación de calidad o empleos estables.
La pobreza afecta de manera significativa a la educación, y los estudios muestran que un 52% de los adultos que crecieron en familias con persistentes dificultades económicas no superan la educación primaria. Este bajo nivel educativo limita sus oportunidades de acceder a empleos de mayor calidad y remuneración, perpetuando el ciclo de pobreza en la siguiente generación. Las familias que no pueden invertir en la educación de sus hijos, por lo tanto, contribuyen a una mayor vulnerabilidad económica futura.
Para romper el ciclo de pobreza intergeneracional, Cáritas señala la importancia de políticas que aborden de manera integral los factores que perpetúan esta situación. Propuestas como mejorar el acceso a una educación de calidad, programas de acompañamiento a familias vulnerables y el fortalecimiento de las redes de apoyo son esenciales para reducir esta transmisión.
Cáritas trabaja activamente para acompañar a las familias vulnerables, ofreciendo recursos no solo materiales, sino también educativos y de integración social, con el fin de empoderar a las personas y darles herramientas que les permitan romper el ciclo de pobreza. La inversión en programas de formación y empleo, así como en el acceso a derechos básicos como la vivienda, son clave para evitar que las nuevas generaciones sigan teneindo las mismas barreras que las generaciones anteriores.