Rostros de esperanza que nos interpelan
Cada vida forzada al exilio es un testimonio de fe, resiliencia y fraternidad que nos invita a abrir el corazón y construir una sociedad más justa y humana.
Cada año, la Iglesia universal celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. En esta edición de 2025, Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante alza su voz para recordar que cada persona refugiada es un rostro, una historia, una esperanza. En un mundo marcado por conflictos, persecuciones, crisis climáticas y desigualdades, millones de personas se ven forzadas a abandonar sus hogares. No lo hacen por elección, sino por necesidad. Y ante esa realidad, nuestra respuesta no puede ser la indiferencia.
Este año , el Papa nos propone reflexionar bajo el lema «Migrantes, misioneros de esperanza». Se trata de una invitación a mirar a quienes llegan a nuestras comunidades no solo como personas necesitadas, sino como portadores de un mensaje de vida y fe en medio de las dificultades
El mensaje del Papa para esta jornada recuerda que los migrantes y refugiados encarnan la fuerza de la esperanza. A pesar de las guerras, las desigualdades y las catástrofes que obligan a dejar atrás la tierra de origen, su presencia entre nosotros es testimonio de resiliencia y confianza en un futuro mejor. Son vidas que nos hablan de resistencia y de fe, y que nos invitan a renovar nuestra mirada sobre la fraternidad humana
No basta con palabras de apoyo: es urgente traducirlas en acciones concretas que garanticen acogida, protección, integración y dignidad. Desde nuestra diócesis, lo vivimos cada día en los rostros de quienes llegan buscando un nuevo comienzo, y en la entrega de tantas personas voluntarias que hacen posible ese acompañamiento.
En un contexto europeo marcado por el debate sobre el nuevo Pacto de Migración y Asilo, que amenaza con endurecer las condiciones de acceso a la protección internacional, reafirmamos nuestro compromiso con una acogida humana, justa y fraterna. No podemos permitir que las fronteras se conviertan en muros de exclusión ni que los derechos humanos se diluyan en intereses políticos.
Desde Cáritas Orihuela-Alicante, trabajamos cada día para que las personas refugiadas no solo sobrevivan, sino que puedan reconstruir sus vidas con dignidad. Esto implica acceso a vivienda, empleo, educación, atención psicológica y, sobre todo, a una comunidad que las acoja como iguales. Porque nadie elige ser refugiado, pero todos podemos elegir cómo responder.
Hoy, más que nunca, hacemos un llamado a la sociedad alicantina: abramos nuestras manos, nuestras casas y nuestros corazones. La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2025 es una ocasión para reconocer que migrantes y refugiados son, de verdad, misioneros de esperanza. Desde Cáritas, renovamos nuestro compromiso de acompañar, defender y dar voz a estas personas, convencidos de que juntos podemos construir una sociedad más justa, humana y fraterna.