15/05/2021

La familia ha de estar fundamentada en el amor

15 de mayo, Día Internacional de la Familia

El Año de la Familia, inaugurado por el papa Francisco, comenzó el 19 de marzo de 2021 y finalizará el 26 de junio 2022 con motivo de la celebración de los 5 años de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.

Desde Cáritas Diocesana queremos hacernos eco de sus palabras en esta Exhortación, recordando que «la fuerza de la familia reside esencialmente en su capacidad de amar y enseñar a amar».

En el amor familiar, en el compartir los valores en los que se basan los derechos fundamentales y en la comprensión de la familia como un sistema dónde cada miembro crece gracias a los demás, está fundamentada la familia:

«Hay que considerar el creciente peligro que representa un individualismo exasperado que desvirtúa los vínculos familiares y acaba por considerar a cada componente de la familia como una isla, haciendo que prevalezca, en ciertos casos, la idea de un sujeto que se construye según sus propios deseos asumidos con carácter absoluto».

Y nada más lejano a ese amor familiar que las violencias domésticas y machistas que se viven en muchas familias, la desigualdad de la mujer en muchas culturas, incluida la nuestra. Así, Francisco también nos lo recuerda:

No se terminan de erradicar costumbres inaceptables. Destaco la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación. La violencia verbal, física y sexual que se ejerce contra las mujeres en algunos matrimonios contradice la naturaleza misma de la unión conyugal. Pienso en la grave mutilación genital de la mujer en algunas culturas, pero también en la desigualdad del acceso a puestos de trabajo dignos y a los lugares donde se toman las decisiones… Hay quienes consideran que muchos problemas actuales han ocurrido a partir de la emancipación de la mujer. Pero este argumento no es válido, «es una falsedad, no es verdad. Es una forma de machismo»

Nosotros y nosotras, como Iglesia estamos llamados a acompañar:

«Quiero destacar la situación de las familias sumidas en la miseria, castigadas de tantas maneras, donde los límites de la vida se viven de forma lacerante. (…) En las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el efecto de hacer que se sientan juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a acercarles la misericordia de Dios».

Sólo a través de la educación, del respeto del otro, de la transmisión de valores, del entender la vida familiar como contexto educativo, construiremos familias basadas en el amor, donde todos los derechos fundamentales, la libertad, la dignidad humana, la intimidad, la igualdad… sean respetados.