Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte
Carta del Delegado Episcopal al voluntariado y personal contratado de Cáritas Diocesana
“Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” (Lc 2,11)
Queridos trabajadores y voluntarios:
Al acercarnos a la celebración de la Navidad, la Iglesia nos recuerda que Dios se hace cercano en la sencillez de un pesebre. Ese gesto de ternura nos invita a vivir nuestra misión desde el acompañamiento, tal como nos señala el Plan Diocesano de Evangelización: caminar junto a cada persona, escuchar sus heridas, sostener sus pasos y abrir caminos de esperanza.
Este año, Cáritas nos propone un lema que ilumina nuestro compromiso: “Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte”. No se trata de un simple eslogan, sino de una llamada a la responsabilidad y a la solidaridad. La dignidad no puede depender del azar ni de las circunstancias externas, sino que es un derecho que brota de nuestra condición de hijos e hijas de Dios.
Vosotros, trabajadores y voluntarios, sois el rostro concreto de este mensaje. Con vuestra entrega generosa, con cada gesto de cercanía y con cada palabra de aliento, hacéis posible que la Navidad se encarne en la vida de quienes más lo necesitan. Gracias a vuestra labor, muchas personas descubren que no están solas, que la Iglesia camina con ellas y que la esperanza se hace realidad en la solidaridad.
Que esta Navidad renueve en todos nosotros la alegría de servir, la fuerza de acompañar y la certeza de que cada vida merece ser vivida con dignidad. Que el Niño de Belén nos enseñe a mirar con ternura, a escuchar con paciencia y a sostener con valentía.
Con gratitud y afecto, os deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de esperanza. Que el Señor bendiga vuestra entrega y que María, Madre cercana, nos enseñe a acompañar con amor.
Con estima y oración,
Joaquín Carlos Carlos, Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana



