11/03/2025

El voluntariado de Cáritas, una llamada al amor y al servicio

El voluntariado de Cáritas de la Vicaría V vivió su retiro cuaresmal como un espacio de reflexión y renovación, reafirmando su misión de ser testigos del amor y la esperanza en la comunidad.

El pasado sábado y en un clima de recogimiento y meditación, pero también de alegría compartida, el voluntariado de Cáritas de la Vicaría V realizó su retiro cuaresmal. En esta ocasión nos reunimos en la capilla de la Mare de Deu de les Injuries, en Callosa D’en Sarrià, acogidos por el equipo de Cáritas Parroquial. La meditación fue guiada por D. Joaquín Carlos, delegado episcopal de Cáritas Diocesana, y se basó a la última encíclica Dilexit Nos sobre el amor de Cristo.

El voluntariado de Cáritas es llamado a colaborar con Jesucristo en la realización de un mundo más justo de compasión, misericordia y esperanza. Somos elegidos, llamados, amados, lo cual no es un privilegio sino una responsabilidad, y también una bendición de Dios. Esta llamada es un desafío al compromiso que supone ser testigos vivos de su amor, que primero hemos experimentado nosotros. Dios nos quiere porque nos quiere, no por nuestros méritos. Dios confía en nosotros, es él quien nos sostiene y quien nos envía a combatir la desesperanza en una labor de servicio de la iglesia, a toda la comunidad cristiana.

Somos las manos y los pies de Dios, quien quiere hacer cosas grandes a través de nosotros. Desde una actitud de humildad y acogida de la gracia divina somos llamados a crecer y transformarnos, ya que al entregarnos a él podemos experimentar una transformación. Tengamos por tanto fe en Dios y en el potencial que él ha puesto en nosotros. Somos elegidos para formar parte de algo más grande con lo que no caben personalismos en Cáritas. Somos Iglesia, comunidad, y trabajamos por el bien común. Además, estamos llamados a dar un fruto que permanezca, es decir, a ser germen de transformación de las vidas de las personas. Esto nos cuesta porque nos sentimos limitados o, también nos ocurre, nos limitamos a nosotros mismos. Nos cuesta cambiar las cosas, salir de nuestra comodidad y de nuestra comunidad, pero Dios nos quiere en acciones de generosidad, empatía y justicia.

Tras la reflexión, fuimos invitados a meditar sobre estas dos preguntas: ¿Cómo me ha elegido Dios en esta vocación de servicio en Cáritas y cómo siento esa elección? ¿Qué fruto que permanezca estoy llamado a dar como voluntario o voluntaria de Cáritas?

Finalizamos la mañana con el ejemplo de la Madre de las Injurias que, estando junto al que sufre, nos enseña a amar a los que son injuriados, y con la exposición del Santísimo. ¡Dilexit Nos!