14/03/2023

Abriendo el corazón, construimos Cáritas

Jóvenes de toda España nos reunimos en el III Encuentro Nacional de Voluntariado Joven

El pasado viernes 10 de marzo siete jóvenes locos de ilusión, sueños, ansias de aventura, partimos de Elche y Alicante rumbo a El Escorial para vivir una de las mayores experiencias de nuestra vida, una de esas que tocan el corazón y lo transforman en algo nuevo, renovado, lleno de ímpetu y ganas de plasmar en acciones cientos de sueños de un mundo mejor.

Pero no estábamos solos. Desde todas partes de España, incluso desde Tenerife y Mallorca, un centenar de jóvenes nos fuimos reuniendo, poco a poco, hasta conformar el III Encuentro Nacional de Voluntariado Joven, ¡casi nada!

Y es que aquella aventura prometía y no nos dejó para nada indiferentes. Experiencias, testimonios, talleres, reflexión, momentos de espiritualidad, juegos, música… todo ello acompañado por nuestras sonrisas, nuestras ganas de conocer personas, proyectos, lugares… No faltó de nada.

La mochila viajó casi vacía, y volvió repleta de emociones, de recuerdos, de personas que permanecerán en nuestras vidas, a pesar de la distancia. Una mochila que iremos ofreciendo en nuestra Cáritas Diocesana, pues sentimos que todo lo vivido queremos compartirlo, queremos materializarlo en acciones concretas, en nuevos retos que impliquen a más y más jóvenes.

Nuestra Cáritas Joven Diocesana estaba llena de vida, pero ahora brillará aún con más fuerza pues, aunque sólo fuimos siete personas, nuestra energía llegará a todos los rincones. Y, como en la parábola de los talentos, sabemos que los nuestros no están para ser enterrados, sino para ponerlos al servicio de los demás.

Pero nuestra historia no concluye aquí, os queremos compartir lo que cada uno de nosotros y nosotras ha experimentado en estos días. Aquí arrancan nuestros testimonios:

Lluís

El encuentro ha sido un soplo de aire fresco. En lo personal me ha dado mucha motivación y muchas ganas para seguir cada día mejor en mi voluntariado.

Darnos cuenta de que los jóvenes de nuestra diocesana no somos los únicos, que hay muchos más, llena de felicidad y de esperanza en los jóvenes, en que podemos cambiar el futuro.

Luisa

El III encuentro de voluntariado joven de Cáritas me ha permitido visionar mi presente y futuro con cada paso que realizo, tanto para mi vida personal como dentro de la institución; me ha permitido ser capaz de confiar en mí y poder continuar dando el calor humano que necesitan tantas personas en el mundo; me ha permitido observar que todavía nos falta mucho por descubrir en las diferentes culturas y costumbres y el respeto que cada una de ellas merece.

Conocer las diferentes historias de las personas me motiva a continuar apoyando a las personas que lo necesitan, pero además de eso aprendí que, para poder ofrecer eso, debo cuidarme y sanarme para después ofrecer todo de mi a ese ser que me necesita. Aprendí a reforzar los valores, como lo es la solidaridad y la justicia, que muchas veces olvidamos en la sociedad.

Tener este encuentro con tantos jóvenes me provoca una profunda plenitud en mi vida, ya que, rodearme de personas tan positivas, tan comprometidas y con una visión totalmente distinta a la mía, me permite romper barreras y seguir apostando por el cambio en la sociedad.

Natalia

En mi opinión me dio la sensación de que todo estaba muy bien organizado. Se nota que le dedicaron tiempo, incluso nos daban un tiempo considerable para poder descansar y poder coger con muchas más ganas la siguiente actividad. Sobre las actividades, no sabría decir cuál me gustó más o cual me aporto más, como en el taller de baile, al que, sinceramente, iba un poco desilusionada, pero la verdad es que me lo pasé bastante bien. Me relajé y empecé a bailar sin pensar.

En el taller de henna había que dibujarle a tu compañero/a el tatuaje. En ese taller solo eran risas cada uno viendo su intento de tatuaje con la henna.

Quiero destacar una dinámica que fue una charla que consistía, básicamente, en escucharnos entre nosotros. Me sentí escuchada y apoyada, incluso representada por lo que me contaban mis compañeras. Cada situación era diferente, pero al fin y al cabo todas llegábamos a la misma conclusión: el gusto de poder ayudar en cualquier situación o a cualquier persona; lo que nos hacen sentir a cada una esos actos.

Allí conocí a personas increíbles con un corazón alucinante y no me sentí sola en ningún momento, ya que todos teníamos un mismo objetivo: luchar, soñar, amor, felicidad, empatía, bienestar, ser escuchado, integración, hiperactividad, etc… Fueron muchos sentimientos en un solo fin de semana y, sobre todo, me fui con el sentimiento de tener una familia. Para mí es eso lo que son, familia.

Ana

Este encuentro ha sido una experiencia muy enriquecedora, en términos de ampliación de horizontes y apertura a nuevas formas de pensar, de ver el mundo y de relacionarme con los demás. He tenido la oportunidad de conocer a muchos jóvenes de Cáritas de toda España y poder conocer los proyectos que llevan a cabo en sus diocesanas. También me he podido dar cuenta de la importante presencia y labor social que tiene Cáritas en toda España.

Lidia

Estamos de vuelta en casa, de vuelta en nuestra diocesana. Yo lo he vivido desde otra perspectiva, desde la perspectiva del esfuerzo y la dedicación de haber podido colaborar en la organización del Encuentro como parte del Grupo Joven Confederal. Y me he vuelto a casa con el corazón lleno de felicidad de haber podido transmitir persona a persona cada valor que Cáritas representa, lo que Cáritas significa para la vida de muchas personas y sobre todo lo que Cáritas significa en mi vida y en la de todos los voluntarios y voluntarias que lo han dado todo por enseñar y demostrar que los jóvenes no estamos solos en esta lucha, que nos tenemos a nosotros y a mucha gente que cree en que somos valiosos y también representamos Cáritas.

Centralidad, justicia, búsqueda de la verdad, solidaridad, fraternidad, participación, austeridad, transparencia y espíritu de mejora: en un fin de semana hemos crecido como personas y nos llevamos todo esto con nosotros, a empaparlo a los demás y seguir construyendo Cáritas desde nuestra diocesana, desde casa.

María

«Cambiar el mundo», puede ser una meta imposible para una sola persona.

Pero, ¿quién ha dicho que estemos solos? Nos hemos juntado un grupo de 98 jóvenes voluntarios/as de Cáritas de toda España, representando a muchísimos más. Después de este Encuentro, cambiar el mundo, parece menos complicado.

Y con cambiar el mundo también nos referimos a cambiar un instante del día de las personas con las que trabajamos. Prestar atención a ese niño en el proyecto escolar que no se siente escuchado. Ver, conversar y tocar a esa persona que duerme en tu calle y se siente invisible…

Cambiar el mundo a veces es cambiar la percepción que una persona tiene del mundo y que el mundo tiene de esa persona.

Y en este Encuentro hemos recargado las pilas de energía, ilusión, esperanza y amor. Ahora lo que toca hacer es salir, hacer lío, transmitir lo vivido y contagiar los valores tan característicos de Cáritas.