Cooperación

Sin ningún lugar al que huir

Tierra Santa experimenta el peor estallido de violencia en años, mientras Cáritas Jerusalén se está preparando para responder a las necesidades urgentes de los numerosos heridos y millares de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

Tierra Santa experimenta quizás el peor estallido de violencia en años estos días. Fuertes bombardeos continúan en Gaza actualmente resultando en una pérdida significativa de vidas, edificios residenciales, tierras agrícolas e infraestructura vital. Según el Ministerio de Sanidad local, más de 200 palestinos han muerto consecuencia de ataques aéreos y artillería, siendo muchos de ellos niños y mujeres. Al menos 1.200 personas han resultado heridas y más de 17.000 personas han buscado refugio de emergencia en las escuelas de la UNRWA. Diez israelíes han muerto por cohetes lanzados desde Gaza hacia áreas civiles israelíes. La hermana Bridget Tighe, secretaria general de Cáritas Jerusalén, describe la situación en Gaza, donde viven más de dos millones de personas en un área de aproximadamente 141 millas cuadradas, con estas palabras:

“Los bombardeos son extremadamente violentos. Los habitantes de Gaza han vivido demasiadas guerras, durante muchos años, pero todo el mundo está de acuerdo en que esta vez es completamente diferente. Están atrapados en esta franja de tierra, densamente poblada, a merced de intensos bombardeos aéreos, sin ningún lugar al que huir para ponerse a salvo”.

Unido a esto, importantes tensiones se están produciendo en ciudades israelíes de población mixta, así como en Jerusalén. Es en este último enclave donde manifestantes palestinos y la policía israelí se enfrentaron diariamente durante el mes del Ramadán reivindicando el derecho a acceder a los santos lugares, lo que contribuyó al aumento de las hostilidades. A ello se unió el desalojo de palestinos de sus hogares en el barrio de Sheikh Jarrah, siendo uno de los puntos más críticos de las tensiones en Jerusalén.

Cáritas Jerusalén, presente en la zona durante años y desarrollando programas de salud y atención psicosocial entre otros, se está preparando para responder a las necesidades urgentes de los numerosos heridos y millares de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares, bien porque han sido destruidos o porque han intentado salvar sus vidas. Los continuos bombardeos todavía no permiten a Cáritas Jerusalén intervenir, pero una vez que entre en vigor el alto el fuego y las condiciones de seguridad necesarias para actuar se den, las necesidades serán rápidamente evaluadas y la confederación internacional de Cáritas será movilizada para ejercitar la solidaridad y hacerla llegar a las poblaciones de las zonas más remotas y marginales, proporcionándoles también educación sanitaria y asistencia nutricional.

Cáritas Española apoya el trabajo de nuestro socio local que a través de su red brinda ayuda humanitaria, sin sesgo de religión o raza, basándose en criterios de vulnerabilidad. Igualmente, se solidariza con las víctimas de la violencia y hacemos un llamamiento para que se defiendan y respeten los derechos de todos, israelíes y palestinos, según el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas. Es nuestro deber respetar y defender la dignidad humana, conferida a la humanidad por Dios mismo.